lunes, 25 de abril de 2011

GONZALO ROJAS, UN POETA LIBERTINO Y DIVINO


FUENTE: http://www.terra.cl

Muchos apostaban a que sería el tercer Premio Nobel chileno, después de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, pero él se reía de eso. No le importaban mucho los premios, aunque reconocía que algunos lo ayudaban desde el punto de vista financiero.

"Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa. / No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día".

Así comienza el poema "Contra la muerte", del libro homónimo de Gonzalo Rojas, quien acaba de fallecer en Santiago de Chile.

"¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas / a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos / con volar más allá del infinito / si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir / fuera del tiempo oscuro?".

Cuando lo escribió, en 1964, vaticinaba que le faltaban "unos diez o veinte años para irme de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento, allá abajo".

Por suerte para él y para sus lectores, vivió mucho más.

Reconocimientos

"Contra la muerte" era apenas su segundo libro. El primero, "La miseria del hombre", lo había publicado en 1948.

Su primer poema publicado fue "La litera de arriba", en 1935.

Según don Gonzalo, mientras su primer poemario tuvo "un grado de audiencia dispar, pero intensa", el segundo "situó mi nombre en América Latina".

Cuando por fin se fue de bruces, a sus 93 años, su obra ya era conocida en toda Hispanoamérica, se había traducido a muchas lenguas y le había merecido reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura de Chile y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, ambos en 1992, el José Hernández de Argentina y el Octavio Paz de Poesía y Ensayo de México, en 1998, el Walt Whitman en 2001 y el Cervantes en 2003.

Muchos apostaban a que sería el tercer Premio Nobel chileno, después de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, pero él se reía de eso.

Según le dijo a BBC Mundo cuando ganó el Cervantes, no le importaban mucho los premios, aunque reconocía que algunos lo ayudaban desde el punto de vista financiero.

Lo que sí le alegraba es que en Chile, a pesar de que en su opinión todavía era un país "muy conservador", los jóvenes estuvieran leyendo cada vez más su poesía.

Infancia

El poeta nació el 20 de diciembre de 1917 en Lebu, la capital de la sureña provincia de Arauco, en la VIII Región del Bío Bío.

Su padre, un minero, murió cuando él tenía cuatro años y su madre se tuvo que hacer cargo de él y de sus siete hermanos.

"Todavía soy ese niño al que le gustaban el mar, las piedras y un potro colorado que mi padre me regaló. Me gustan mucho los caballos", me dijo, una vez que lo visité en su casa, en la ciudad de Chillán.

"Sigo siendo ese niño. Seguramente a ti te pasa igual. La infancia es la edad más fecunda y es muy decisiva para la creación poética. Por eso, no quiero dejar de jugar", añadió.

Exilio

Rojas estudió derecho y pedagogía en la Universidad de Chile y durante muchos años dio clases en Valparaíso y en Concepción, donde enseñó lo que para él era, según me confesó, "el tema más aburrido del mundo, la teoría literaria".

A principios de la década del 70, fue diplomático en China y en Cuba.

Tras el golpe militar, estuvo exiliado en la República Democrática Alemana, donde fue empleado por la Universidad de Rostock, aunque, según él, no lo dejaban enseñar, y en Venezuela, donde fue profesor en la Universidad Simón Bolívar.

De 1980 a 1994, vivió principalmente en Estados Unidos e impartió clases en las universidades de Columbia, Chicago y la Brigham Young University en Utah.

¿De qué más se te acusa?

En 1994 regresó a Chile y varios de sus libros más memorables aparecieron en los años siguientes, incluidos "Diálogo con Ovidio" (1999), "Metamorfosis de lo mismo" (2000), "¿Qué se ama cuando se ama?" (2000) y "Réquiem de la mariposa" (2001).

Su último libro fue publicado por la editorial Pfeiffer en 2010.

Su último poemario publicado fue "Con arrimo y sin arrimo", en 2010, en cuyo título le hacía un guiño a San Juan de la Cruz, uno de sus poetas favoritos, junto a Ovidio, Santa Teresa de Jesús, Ezra Pound, Miguel Hernández y Marina Tsvietáeieva, entre muchos otros.

En él incluyó "De qué más se te acusa Gonzalo Rojas", un poema que demuestra que hasta el final de su vida seguía jugando.

La lista de las acusaciones es larga, entre ellas de ser "libertino y adivino, ciego por fuera pero no por dentro, de bazofia y más bazofia"; "de mear contra el cielo, de escupir a Dios por escupir"; "de apestado por los premios, yo no concursé"; "de viudo inconsolable sin ninguna de las dos" (las dos mujeres con quienes se casó, María Mackenzie e Hilda May, madres de sus hijos Rodrigo y Gonzalo); "de no haberme encatrado con la Tsvietáieva y esa sí que hubiera sido" y "de llegar desnudo a los diez mil y que se hunda el Mundo".

Al final, por ahí andará don Gonzalo, con su risa de muchacho y un vaso de whisky en la mano, burlándose de sus acusadores y hasta de la Muerte, a la que en "Materia de testamento" le legó "un crucifijo grande de latón".
http://www.terra.cl/noticias/libros/img/trans.gif

ESTRATEGIAS PARA LOS ESTABLECIMIENTOS CUANDO HAY CONFLICTOS ENTRE EL PROFESOR( A) Y LOS APODERADOS



ü Según los colegios, han aumentado los reclamos de los apoderados por problemas de convivencia o métodos disciplinarios.

Por Omar Soto Salles

Magister en Liderazgo y Administración Educacional

Los conflictos de este tipo han aumentado. Los apoderados reclaman más que antes.

1. Son sobreprotectores y quieren éxito con poco esfuerzo

2. Que sus hijos tengan buenas notas con poco estudio

3. Otras razones son la disciplina o la indisciplina

4. y la supuesta "mala barra" del profesor hacia un alumno.

Muchas veces, los conflictos se extienden a todo un curso. Sucedió en un liceo. Todo el curso, de enseñanza media, se quejaba que no le entendían al recién contratado docente de matemáticas, mientras éste reclamaba que los alumnos escuchaban música, en vez de ponerle atención. El promedio general del curso en el ramo apenas superaba el 4, el tema copó las reuniones de apoderados de todo el año y llegó, incluso, al director.

Si bien algunos establecimientos cuentan con protocolos para manejar estos conflictos, la mayoría teme las visitas de apoderados.

Sobre todo, porque parte importante de los padres hace justamente lo que no se debe, según los especialistas.

Esto es, indisponer aun más a los niños con el profesor; acudir de inmediato al director; conformarse sólo con el relato de los hijos y usar la amenaza de retirar a su pupilo usan la “matricula” como herramienta de poder.

Otro error común, es no dejar un espacio para la autonomía de los niños. Eso crea que no adquieran confianza para resolver un problema. Se recomienda a los padres actuar como mediadores hasta quinto básico y de ahí en adelante, cumplir un rol de contención y aconsejar sobre lo que el hijo debiera hacer.

Otra fuente de conflictos se dan porque los padres creen que el colegio debe reproducir la misma lógica del hogar. La disciplina en una escuela debe ser más rígida, si no sería imposible manejar a 30 personas en una sala

Por eso, se recomienda que cada uno cumpla su rol y no tratar de imponerse frente al otro y recurrir a las máximas autoridades sólo como última instancia.

Por último, si el colegio no responde y el problema se torna grave -maltrato o abusos-, sacar al niño del colegio.

La contraparte

También los profesores se equivocan y pueden complicar las cosas. Entre sus errores más comunes está

1. No aceptar críticas

2. Culpar a la educación de la casa de los conflictos en el aula y no aclarar lo que esperan de los padres.

3. Dicen cosas como que hay que apoyar a los alumnos en casa. Debiese especificarse qué se espera de los padres".

Los colegios, por su parte, deberían entrenar a los docentes para manejar la comunicación con las familias y participar cuando los involucrados no pudieron resolver el problema.

El colegio debe cuidar al profesor y no exponerlo a agresiones.

Esto, porque una de las imágenes que más temen los docentes es la de 40 padres enrostrándole su error. Cuando esto sucede es porque el director no fue sensible para captar el problema

Las estrategias para los ESTABLECIMIENTOS

Los establecimientos deben establecer reglas para resolver estos conflictos.

Algunos ejemplos:

v entrevistas personales en vez de reuniones de apoderados y canales estrictos de comunicación

v como, por ejemplo, que quien atienda a los padres sea el profesor y no otra persona

v En caso de que profesor y apoderados no resuelvan el problema, pasa con un equipo de formación integrado por un psicólogo, un psicopedagogo, Orientador

v El director tiene como deber de permanecer como coordinador durante todo el proceso.

v En caso de que haya problemas, el establecimiento un equipo de profesionales que no toman parte del problema y que pueden ayudar tanto a profesores como a alumnos a resolver los conflictos desde una mirada más objetiva,

Los problemas se deben detectar desde antes, mediante “actividades de exploración” con los alumnos y/o apoderados, donde se aborden temas más allá de lo escolar y cada profesor, profesora toma a cada alumno, alumna como un compromiso profesional integral.

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